martes, 7 de diciembre de 2010

ADICTAS A LA HERMANDAD/ENTREVISTA 35


1. Estefani lore
2. 22 años
3. Venezuela


4. Soy fans de un bloc que me super encanta y la autora recomendaba los libros y los empecé a leer, y actualmente estoy totalmente embrujada con esta novela, pensé que no iba haber otra novela que me gustara mas crepúsculo, pero si me encanta LA hermandad los amo a TODOS.


5. La manera en que la escritora desarrollas las diferentes historias de amor es encantador, sexy, excitante, emocionante es sencillamente maravilloso.


6. Amante Oscuro y Amante Liberado.


7. Wrath ese hombre es demasiado imponerte, sexy, inteligente dios quiero un hombre así con esa fortaleza, parece que todo lo sabe y es que asi sueño con todo el tiempo jejejeje!!!


8. no, lamentablemente no


9. Amante Liberado

“—Intenté decir que no —rugió mientras enterraba la mano en su cabello y lo aferraba, tirándole la cabeza hacia atrás. Mientras lanzaba un grito, se humedeció entre las piernas—. Intenté ser decente.

-OH… dios…

—Rezar no te va a ayudar. Demasiado tarde para eso, Jane. —Había pesar en su voz… y también algo inevitable y erótico—. Te di la oportunidad de tenerlo a tu manera. Ahora lo haremos a la mía.

Deseaba esto. Lo deseaba a él.

—Por favor…

—Shh. —Con un giro de la muñeca, le inclinó la cabeza a un lado, descubriéndole la garganta—. Cuando quiera que supliques, te lo diré. —Su lengua se sentía cálida y húmeda al recorrerle el cuello—. Ahora pregúntame lo que te voy a hacer.

Abrió la boca, pero sólo pudo jadear.

Vishous le agarró el cabello con más fuerza.

—Pregúntame. Di: “¿Qué me vas a hacer?”

Ella tragó.

—¿Qué… qué me vas a hacer?

La giró hacia un lado, en todo momento presionando las caderas contra su culo.

—¿Ves ese lavabo, Jane?

—Sí… —Joder, iba a tener un orgasmo…

—Voy a inclinarte sobre ese lavabo y te vas a agarrar a los laterales. Después te voy a quitar los pantalones.

Oh, Jesús…

—Pregúntame qué viene después, Jane. —Volvió a lamer su garganta, y luego presionó lo que ella reconoció como un colmillo contra el lóbulo de su oreja. Hubo una deliciosa punzada de dolor, seguida de otra ráfaga de calor entre las piernas.

—¿Qué hay… después? —susurró.

—Me voy a poner de rodillas. —Bajó la cabeza y le mordisqueó la clavícula—. Dime ahora: “Y luego qué, V.”

Casi sollozó, tan excitada que le empezaron a fallar las piernas.

—¿Y luego qué?

Él le tiró del cabello.

—Te olvidaste de la última parte.

¿Cuál era la última parte… cuál era la última…?

—V.

—No, ahora empieza de nuevo. Desde el principio. —Empujó su erección contra ella, una rígida dureza que claramente quería estar en su interior ahora—. Empieza de nuevo, y esta vez hazlo bien.

De ninguna parte, un orgasmo comenzó a recorrerla, el impulso arrastrado por su voz ronca sobre ella…

—Oh, no, no lo tendrás. —Se apartó de su cuerpo—. No te correrás ahora. Cuando te diga que puedes, lo harás. No antes.

Desorientada y dolorida, se quedó floja cuando la necesidad de alcanzar la liberación se alejó.

—Ahora di las palabras que quiero escuchar.

¿Cuáles eran?

—¿Y luego qué… V?

—Me voy a poner de rodillas, pasaré las manos por la parte interior de tus muslos, y te abriré para mi lengua.
El orgasmo le volvió como una oleada, haciendo que le temblaran las piernas.
—No —dijo con un gruñido—. Ahora no. Y sólo cuando yo diga.
La colocó en el lavabo e hizo exactamente lo que había dicho que haría. Se inclinó, le puso las manos en cada lado del lavabo, y le ordenó:
—Sujétate.
Ella apretó las manos con fuerza.
Usó ambas palmas en ella, recorriéndole la piel bajo la camisa, acunándole los pechos. Después estuvieron en su estómago y le rodearon las caderas.
Le bajó los pantalones con un brusco tirón.
—Oh… joder. Esto es lo que quiero. —Su mano cubierta de cuero le apretó el culo y lo masajeó—. Levanta esta pierna.
Lo hizo y los pantalones de yoga desaparecieron de su pie. Le separó los muslos y… sí, sus manos, una con guante, la otra no, empezaron a subir. Su centro estaba caliente y necesitado mientras se sentía descubierta ante él.
—Jane —susurró de forma reverente.
No hubo preludio, ni suavidad en lo que hizo. Fue su boca. El centro de ella. Dos pares de labios encontrándose. Los dedos de él se clavaron en sus nalgas y la mantuvieron quieta mientras trabajaba, y ella perdió totalmente la noción de lo que era su lengua, o su perilla, o su boca. Se sintió penetrada entre lentos lengüetazos, escuchó los sonidos de carne contra carne, supo el dominio que tenía sobre ella.
—Córrete para mi —le exigió contra su centro—. Ahora mismo.
El orgasmo llegó en una devastadora explosión que la hizo sacudirse contra el lavabo hasta que una de las manos se le escurrió. No se cayó sólo porque el brazo de V salió disparado y le dio algo a lo que agarrarse.
La boca de él la soltó, y le besó ambas nalgas. Después le deslizó la palma por la columna mientras ella se dejaba caer contra sus brazos.
—Ahora voy a entrar dentro de ti.
El sonido de su pijama siendo bajado de un tirón fue más ruidoso que su propia respiración, y el primer roce de la erección contra la parte superior de sus caderas casi la volvió loca otra vez.
—Deseo esto —dijo con voz gutural—. Dios… deseo esto.
Entró en ella con un duro empuje que llevó sus caderas contra el trasero femenino, y aunque Jane era la que absorbía el tremendo contorno de Vishous, fue é,l el que gritó. Sin ninguna pausa, empezó a bombear en ella, apoyándose en la cintura de la mujer, moviéndola hacia delante y atrás para que siguiera sus empujes. Con la boca abierta, los ojos abiertos, y los oídos saboreando los deliciosos sonidos del sexo, Jane se sujetó contra el lavabo y otro orgasmo la invadió. Mientras se volvía a correr, el cabello le caía sobre el rostro, su cabeza se sacudía, sus cuerpos golpeaban uno contra el otro.
Era algo que nunca había conocido. Era sexo a la millonésima potencia.
Y entonces sintió que su palma enguantada le agarraba el hombro. Mientras la enderezaba, continuaba penetrándola, dentro y fuera, dentro y fuera. La mano de Vishous se movió hacia su garganta, se colocó en su barbilla, y le inclinó la cabeza hacia atrás.
—Mía —gruñó, bombeando dentro de ella.”
Y entonces la mordió.


10. Cob Beth por la forma que amoldo a Wrath
11. Es lo máximo, es la mejor de verdad me encanta superior!!!
12. quisiera que llegaran los libros a Venezuela please!!! Las quiero a todas!!!

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